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jueves, 17 de noviembre de 2011

Positivos por naturaleza

Positivos por naturaleza Escrito por Jose Borda Viernes, 11 de Noviembre de 2011 16:10 ¿Por qué a pesar de que cada 8 días los árbitros son los malos del paseo más jóvenes se inclinan a ser parte de esta profesión? ¿Por qué si el 50% de los partidos que se juegan en una fecha profesional a los árbitros le va mal, la fila de silbatos que quieren llegar a la máxima categoría continúa creciendo? Científicos del University College de Londres creen que encontraron una respuesta que “refuta” los interrogantes negativos de las personas que se dedican al juzgamiento. Institnto natural Alrededor del 80% de las personas que se dedican al juzgamiento son optimistas por naturaleza y luchan contra el pesimismo contra viento y marea. Peor aún, todo indica que los cerebros de la mayoría están diseñados para adoptar con facilidad las buenas noticias y hacerse los de la vista gorda ante cualquier información que incite a la decepción. Tali Sharot, Christoph Korn y Raymond Dolan condujeron un estudio en el que utilizaron técnicas de neuroimagen para estudiar las reacciones cerebrales de un conjunto de voluntarios a los que aplicaron unas pruebas. Calcular riesgos Primero, los participantes debían calcular el riesgo frente a una lista de 80 eventos adversos (por ejemplo, dejar de pitar penaltis, no expulsar, cometer fallas técnicas, no sancionar fueras de juego). Luego, les revelaban el riesgo real frente a cada uno de ellos y les pedían recalcular sus cifras. Durante estos cuestionarios monitorearon sus reacciones neuronales. Lo que observaron los investigadores fue que aquellos que habían sido optimistas y creían estar en bajo riesgo frente a alguna de esas situaciones presentadas difícilmente cambiaban de opinión ante la nueva evidencia. Números admirables Por ejemplo, en el caso la no sanción de penaltis, aquellos voluntarios ligeramente pesimistas que creían que su riesgo era del 40%, al enterarse que en realidad era del 30%, recalcularon su riesgo y lo tasaron en 31%. Pero en el caso de los optimistas, que al principio del experimento creían que su riesgo era del 10%, cuando se enteraron que en realidad era tres veces superior no estuvieron dispuestos a modificar la cifra inicial. Según los investigadores, cuando la noticia fue positiva, todos los seleccionados tuvieron más actividad en los lóbulos frontales del cerebro, que están asociados con los errores de procesamiento. Escoge y selecciona “Esto sugiere que el cerebro está escogiendo y seleccionando lo que quiere escuchar”, comentaron. Sharot dijo "Los mensajes negativos no funcionan porque los individuos piensan que sus probabilidades de que les vaya mal son muy bajas, les puede ir mal a los demás mas no a ellos. Hay un sesgo muy fundamental en el cerebro". En otros estudios, estos mismos investigadores habían relacionado el optimismo con la buena salud y un mejor manejo del estrés. Pero como Sharot lo señaló: "El aspecto negativo es que subestiman los riesgos".

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