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jueves, 22 de diciembre de 2011

Muy Cuestionados

Muy Cuestionados Escrito por Jose Borda Lunes, 19 de Diciembre de 2011 17:26 Hoy día, el arbitraje argentino sobrevive a “la buena de Dios” al amparo de condiciones individuales de cada árbitro y no como parte de un proyecto El 2011 marcó el año de la interrupción del proceso renovador docente que en materia arbitral había comenzado a fomentar la AFA gracias al fogeo de la Dirección de Formación a cargo de Miguel Angel Scime. Un proceso que se había iniciado a continuación del Mundial 2006 en coincidencia con el comienzo de otra etapa trunca, la de Horacio Elizondo y que Scime continuó con probados progresos en los años siguientes. Puestos vitalicios A mediados de 2010, cuando irrumpió en escena Francisco Lamolina, colocado por Julio Grondona en el puesto “vitalicio” de Jorge Romo, el entonces Colegio de Árbitros, hoy Comisión de Arbitraje. La incidencia de Lamolina ha sido y es probadamente negativa para el arbitraje argentino en general desde lo político, porque no ha hecho otra cosa que ser el brazo ejecutor de las posturas tan viejas como tradicionales en la materia de Don Julio, proclives a tener en la Argentina un arbitraje “inteligente” que evite conflictos difíciles de explicar y de cubrir y de genuflexión al poder dirigencial. A la buena de Dios Gracias a Lamolina, por ejemplo, la instrumentación de esa labor docente, semanal, casi diaria, que venía llevándose a cabo en el predio de Ezeiza con la mayor parte del amplio plantel arbitral, ya no existe, por lo que la tarea de la DFA ha quedado muy limitada en tiempos y formas, a despecho de la pretemporada anual que se desarrollará hacia mediados de enero. Puede decirse que hoy día, el arbitraje argentino sobrevive a “la buena de Dios” al amparo de condiciones individuales de cada árbitro y no como parte de un proyecto de complementación de la formación que cada árbitro recibió en sus inicios. Año de retiros Podemos decir que el referato argentino volverá a sufrir otro tiempo de deterioro que se verá formativamente en el corto plazo y que ya algo comenzamos a entender este año. 2011 fue el año del retiro de Héctor Baldassi -también de Gabriel Favale, para el caso- y el de las polémicas generadas en torno a Sergio Pezzotta en cuanto a sus actuaciones en los partidos que decidieron los descensos de River Plate y Quilmes, con su inmediata designación para dirigir en la Copa América cuando el número puesto para ello era Baldassi, “bajado” de última. Por lo demás, nada por destacar. El nivel fue en decadencia y lejos de lo que pudo proyectarse a futuro hace un par de años. El unico consuelo que les quedan a los silbatos gauchos es que mucho

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