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sábado, 1 de octubre de 2011

Alfredo Hawit, Presidente Concacaf y Uncaf/ "Quiero que Concacaf sea mejor que Uefa"



Tomado de: www.diez.hn

28/09/2011 10.49Redaccion:Carmen Boquín 
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    Es respetuoso de jerarquías y acepta que en el Comité Ejecutivo de la Federación de Fútbol es sólo el secretario y no presidente de Concacaf.Foto: Diez
    Es respetuoso de jerarquías y acepta que en el Comité Ejecutivo de la Federación de Fútbol es sólo el secretario y no presidente de Concacaf.
     
    Es respetuoso de jerarquías y acepta que en el Comité Ejecutivo de la Federación de Fútbol es sólo el secretario y no presidente de Concacaf.
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    Hawit compartió con un paisano y recordó su etapa de joven cuando visitaba el parque de la localidad.Foto: Diez
    Hawit compartió con un paisano y recordó su etapa de joven cuando visitaba el parque de la localidad.
     
    Hawit compartió con un paisano y recordó su etapa de joven cuando visitaba el parque de la localidad.
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    Hawit es el actual Presidente de la Concacaf y Secretario de la Federación de Fútbol.Foto: Diez
    Hawit es el actual Presidente de la Concacaf y Secretario  de la Federación de Fútbol.
     
    Hawit es el actual Presidente de la Concacaf y Secretario de la Federación de Fútbol.
Alfredo Hawit nos atendió en el marco de la feria patronal de su natal El Progreso. El presidente de la Concacaf y secretario de la Federación de Fútbol nos confió cómo llegó a ambos cargos y qué ha hecho por el fútbol hondureño.
 
 
Me dijeron que usted fue profesor, ¿qué tal esa experiencia? 
Yo di clases 33 años en la Facultad de Derecho, también en la de Periodismo, por eso entendí ese mundo. Sé lo que puedo y no contestar. Además, fui secretario general de la Universidad los seis años que establece la ley en el período del rector Oswaldo Ramos Soto.
 
 
¿Qué consejo les daba? 
Siempre les dije a los maestros y periodistas que ellos son los educadores del país, los que transforman y educan a la patria o la guían bien o mal. Eso dependerá de los principios de cada uno atrás del micrófono.
 
 
¿Cómo así? 
Es como la crianza de un hijo, si usted lo conduce mal y no le da principios, no será un buen ciudadano. Sin duda la educación es la parte fundamental de cada país y Estado, pero la hemos olvidado. Además, se debe fortalecer los principios morales de cada persona que ya están bien perdidos. Yo puedo tener éxito en mi vida, pero en cualquier parte hay que buscar a través de aspiración, pero no de la ambición. La diferencia entre una y otra es que la ambición lo lleva a buscar el cargo comprando gente, atropellando, realizando cosas incorrectas. Pero si es inspiración, lo buscará con una lucha permanente y constante para lograr alcanzar ese objetivo. La educación es la base fundamental de un país, en Honduras no le dan importancia.
 
 
¿Dónde le gustó más dar clases: en Periodismo o en Derecho? 
Por supuesto que en mi carrera, el programa de trabajo en la de Periodismo no va inspirado directamente al objetivo fundamental, como en la de Derecho, que es formar abogados.
 
 
Usted es abogado y fue catedrático, ¿en qué momento entró el  fútbol? 
Primero jugué en el Honduras de El Progreso en Liga Nacional a los 15 años y fue en el 69, si no me equivoco. Soy de los más jóvenes en debutar, es parte de la historia. Después del 70 al 73 pasé al San Pedro, ya del 74 al 77 jugué en Olimpia. Luego en Motagua, pero sólo jugué dos partidos…
 
 
¿Por qué? 
En ese momento me pasaron una hepatitis viral por una inyección y me retiré.
 
 
¿Cuántos años tenía? 
22 o 23, yo jugué muy poco en Liga Nacional. Además, conocí a Oswaldo Ramos Soto y me dijo: “Alfredo, los jugadores en Honduras no tienen buena imagen”, esto en aquel tiempo, hoy ha cambiado un poco y así fue como me gustó la política universitaria, ya estaba estudiando Derecho.
 
 
¿Jugaba y estudiaba, entonces? 
Sí, por eso les digo y les pido a los jugadores hoy en día que lo hagan, que sí se puede. Llegué a ser presidente de los estudiantes de la Facultad de Derecho, luego coordinador general del Frente Unido que gobernamos desde el 82 hasta el 2000 y algo. Luego fui secretario general de la Universidad.
 
 
¿Le agarró la etapa de los desaparecidos? 
Claro…
 
 
¿En pro o en contra? 
Soy una persona que al final de mi jornada la izquierda misma me hizo un reconocimiento por mi labor. Soy moderado, derecha moderada, porque creo en la democracia, no creo en el comunismo, sencillamente porque los países del mundo con los grandes análisis, más las realidades que vemos día a día, nos dicen que no hay resultados positivos. Pero también la extrema derecha es malísima porque hay gente avorazada que en vez de ceder, no da nada. Son peor que el rastrillo que al menos deja algo, son como el azadón que no dan nada.
 
 
¿Y su faceta de presidente? 
Sí, fue en el 82 y del Club Deportivo Universidad, el entrenador era Chelato Uclés. En el 83 fuimos subcampeones nacionales. En el 90, como secretario general, me llaman a ocupar el papel de presidente de la Comisión de árbitros.
 
 
¿Qué aprendió estando del lado de los árbitros? 
Aprendí que el arbitraje de Honduras es el proletariado del fútbol, el grupo más marginado. Ahora soy el presidente de los árbitros de Concacaf porque entiendo y siento verdaderamente lo que es un árbitro. Toma decisiones en micro de segundos que no puede retroceder.
 
 
Yo no podría… 
Muchos no podrían. Usted ve las tomas después y todavía queda diciendo “era o no era”. Ahora imagíneselos a ellos que tienen que estudiar fuerte para no equivocarse o al menos hacerlo menos. Pero como son humanos, lo único importante que hay por guardar en el arbitraje es la honestidad, confiando que sean transparentes las decisiones que ellos tomen.
 
 
Es más fácil culpar al árbitro. Últimamente hay acusaciones fuertes de arbitrajes con mala intención, ¿Podrá ser cierto? 
Cuando usted va al estadio, imagíneselo lleno en su totalidad. Ahora todas esas personas son entrenadores, árbitros y están tomando decisiones sin estar mejor preparados que el árbitro, no tienen el conocimiento, menos aún el reglamento no lo conocen, no tienen una mejor ubicación, pero acá desde pequeños sólo aprendimos a gritar “árbitro vendido”.
 
 
Muy de acuerdo… 
De Centroamérica, Honduras tiene una edad promedio de 23 años, son muy jóvenes, por supuesto que se pueden equivocar, pero involuntariamente. No es que apoyen o no a alguien, pues si no, no tendría credibilidad el fútbol en Honduras porque habría una corrupción increíble. Fifa por eso protege al árbitro, imagínese la Corte Suprema y que digan que están vendidos, nadie va a tener fe y confianza de ir a presentar un juicio.
 
 
¿Hasta dónde pueden llegar las malas palabras dentro de la cancha? 
Nunca deberían de haber, siempre debería haber un respeto. El jugador profesional aún con la adrenalina subida no debería responder jamás a ese tipo de cultura. Espiritualmente al no caer en ese juego estaría en un mayor nivel, haría las cosas mejor y sería una persona más sana. No hay que dejarnos llevar por la violencia.
 
 
¿Le llegó en buen momento la presidencia de la Concacaf? 
Yo creo que cuando Dios escoge a una personas es así, aunque la gente no me entienda a veces, pero es verdad. Mis principios los aprendí en un colegio católico acá en El Progreso, dirigido por jesuitas. Ellos me fortalecieron mi base cristiana. Dios protege a la gente que ayuda. No nos equivoquemos, acá está el cielo, la gloria y el infierno…
 
 
Juntos… 
Claro... y usted escoge para dónde agarra. Dios me ha puesto todos mis cargos y me los ha anunciado con suficiente tiempo. Imagínese el de Concacaf no fui a elecciones, no lo busqué, yo hice una carrera en el fútbol.
 
 
¿Cómo así? 
Como jugador profesional estuve por todos los campos, Comisión de Arbitraje desde el 90, luego en 2001 presidente de la Uncaf, luego subí a ser miembro de la Concacaf por tres años, luego a ser vicepresidente por cuatro años.
 
 
¿Y cómo queda de presidente? 
Somos siete miembros de la Concacaf y está dividida por dos personas de cada una de las confederaciones. El Norte, que es Estados Unidos, Canadá y México. El Centro, los siete países que conocemos y el Caribe que son 22 países. Un total de 32 países, de esos hay siete representantes. Jack Warner era el presidente y lo expulsan. Somos tres vicepresidentes uno por cada zona, Alfredo Hawit por Centroamérica, Justino Compeán por el Norte y Leslie Austin por el Caribe.
 
 
¿Le dejan el camino libre? 
Sí por derecho y antigüedad.
 
 
¿Primer hondureño? 
Claro, sólo han habido dos presidentes en 43 años, Terrazas de México que estuvo 21 y Warner por 22. No sólo hondureño, sino centroamericano también.
 
 
¿Qué sintió al conocer la noticia? 
Dios me había puesto en el cargo, si lo hizo así fue por que tengo que resolver algo, hacer algo bueno y tengo el total respaldo de la FIFA. Uno cuando está en un cargo lo primero que debe ver es qué quiero para mí, para la institución y para los demás a quienes represento. Cuando eso está claro se logran grandes cosas. Quiero que la Concacaf sea mejor que la UEFA, hay que luchar por eso para desarrollar el fútbol a alto nivel. Y eso sólo se logrará buscando estrategias.
 
 
¿Cree usted que debería haber una federación de futbolistas? 
No sé, los jugadores no quieren organizarse. Aunque tienen todo el derecho de hacerlo.
 
 
¿Será que no les conviene a los equipos? 
Pero tampoco les dicen que no lo hagan.
 
 
¿Espera estar mucho tiempo como presidente? 
No, estaré lo que la ley establezca, el hombre no puede estar arriba de la ley… nunca.
 
 
¿En qué ha cambiado su vida? 
Mayor responsabilidad, más trabajo, un protocolo de seguridad, un poco de todo…
 
 
¿Qué le dice su esposa? 
Mi esposa me ha apoyado toda mi vida, sin ella no hubiera podido lograr muchas cosas. En el fútbol, en Honduras, por ejemplo siempre hay que andar visitando lugares. Si yo debo estar abandonando el hogar por trabajo, gracias a Dios cuento con el apoyo de mi esposa. Ella es abogada y trabaja, entonces hace sus cosas.
 
 
¿Cuénteme de sus hijos? 
Tengo tres varones de 29, 27 y 20. Una mujer de 31.
 
 
¿Cómo lo reciben en otros países? 
Extraordinariamente, con el protocolo que exige la Fifa, que en Honduras no conocemos de eso todavía.
 
 
¿Con Callejas cómo es el trato: como secretario de la Fenafuth o como presidente de Concacaf? 
Es fácil, el hombre sabe qué somos en cada momento. Yo soy la máxima autoridad en esta área, soy la persona que manda en el fútbol en todas partes de esta área y en la Federación soy el secretario general…
 
 
¿Y lo trata como tal? 
él dice en las reuniones: “éste es mi jefe”, pero los dos sabemos que en el Comité Ejecutivo él es mi jefe. Entonces si yo fuese prepotente, no aceptaría, pero no es así, qué pierdo yo, pues si fue mi elección ser secretario, entonces es ahí donde el hombre debe pararse en la tierra. él (Callejas) es un hombre extraordinario, tranquilo y nos entendemos a la perfección.
 
 
¿Algún consejo que le da a los jugadores? 
A veces entran en la cancha como que si ya ganaron y sin jugar el partido, por la prepotencia que están en Primera División, en la liga tal. Es bueno que ellos internamente sepan que son buenos, pero que en el campo lo demuestren.
 
 
¿Ha sentido envidias? 
Dios me hizo casi perfecto, no perfecto...
 
 
A todos, ¿me refiero de otros a usted? 
En Honduras siento un gran respaldo, pero también de donde más siento que la gente no entiende que mi posición es para servir a Honduras, a Centroamérica y Concacaf, no puedo concentrarme solamente en uno. Es cuando se siente que buscan tratar de pararlo a uno.
 
 
¿Qué hace en sus ratos libres? 
Estudio, leo mucho...
 
 
¿Del internet? 
Bueno, tengo que estar contestando correos todo el día. Estar informando a la Fifa. Además, correos privados.
 
 
¿Qué significó la visita de Blatter? 
Demostrarle que no ocupábamos reunirnos con otro candidato que no fuera él, nosotros le dimos el respaldo. Tanto en Centroamérica como en el Norte. El ha hecho cosas buenas para nosotros. Otros europeos nos ven de menos, pero él nos ve por igual.
 
 
¿Le gusta cocinar? 
Sí, yo cocino, no puedo hacer tantas cosas, pero sí muchas comidas árabes que aprendí hacer. El menor de mis hijos cocina muy bien, es parte de todo hombre poder cocinar rico.
 
 
¿En su hogar quién manda? 
En mi casa mando yo… cuando no está mi mujer ja, ja, ja. Es bonito tener una relación balanceada. ¿Usted está casada?
 
 
No… 
Mire, no hay una universidad para enseñar qué es el matrimonio, entonces tiene que haber equidad, igualdad, respeto y amor, lo demás viene por añadiduras. La responsabilidad debe ser compartida, pues el hombre no es superior a la mujer, ni física ni espiritualmente, eso hay que aprenderlo en la vida.
 
 
¿Tiene equipo de Liga Nacional? 
He diferenciado entre un fanático y un dirigente, quisiera que en Honduras sólo hubieran dirigentes, porque el fanatismo nos lleva a la inmadurez. ¿Ha visto cuando los presidentes van a los camerinos?
 
 
Sí, claro… 
Bueno y a qué van. Para que la prensa los vea, ellos deben ir a los entrenamientos, pero no a los camerinos antes de un partido de fútbol. Es prohibido eso. Estamos intentando cambiar eso porque llevan a la tía, la abuelita, niños, que la mamá, pero no puede ser así. Es un grave problema.

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