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miércoles, 26 de octubre de 2011

La FIFA estudia vetar las tabletas y los iPhones a los técnicos


Los expertos proponen simplificar la norma del fuera de juego y que el posicional también lo sea

Barcelona
Demasiado fácil. Demasiado ventajista. Visionar la jugada, con sus repeticiones ralentizadas, mediante tabletas o telefónos móviles de última generación en el banquillo, y utilizarlo para protestar al colegiado o presionar al cuarto árbitro. La FIFA, que nunca ha mostrado especial predilección por la última tecnología, prohibirá en los banquillos los aparatos electrónicos susceptibles de ser utilizados como moviola a fin de atajar las protestas a los equipos arbitrales. Es una de las propuestas del grupo de expertos, presidido por Franz Beckenbauer y con Pelé como vicepresidente, que estudia modificaciones en el reglamento con vistas al Mundial de Brasil. Son conscientes de que no será fácil pero se impondrá el veto y, si procede, el requisamiento de los aparatos de comunicación.
Es difícil para un entrenador resistirse a la tentación de verificar las decisiones del árbitro con los medios al alcance. El sábado, cuando Iturralde señaló un penalti favorable al Barça en el tiempo añadido, Guardiola se desplazó unos metros hasta un monitor de TV3 para cerciorarse del acierto. "Penal, penal", le dijo un auxiliar a la vista de las repeticiones, y el entrenador regresó, aliviado, a la zona técnica.
El denominado task force de la FIFA propone otras modificaciones con el objetivo de alentar el espectáculo. Por ejemplo, simplificar la mecánica del fuera de juego suprimiendo la distinción entre el fuera de juego punitivo y el posicional. "Esto mejorará la fluidez del juego –razona Beckenbauer–. Ahora tenemos fuera de juego activo y pasivo, pero creo que debemos huir de expresiones complicadas, tendríamos que hacerlo más simple. En mi época era muy sencillo: fuera de juego era fuera de juego sin importar el destino del balón. Ahora es demasiado complicado".
La unidad de expertos, en la que figuran ex árbitros o ex futbolistas como Fernando Hierro, Bobby Charlton, Cafú o Albertini, considera excesiva la denominada triple penalización: penalti, expulsión y suspensión de partidos. Entiende que se producen demasiadas expulsiones producto de penaltis y que eso altera en exceso el desarrollo de los encuentros. Así, las infracciones en el área deberían ser castigadas con idéntica amonestación a las producidas en el resto del campo, salvo cuando un jugador evite un gol con la mano, que eso sí sería tarjeta roja, lo mismo que una falta violenta. "Una falta simple en el área, cuando vas al balón y llegas un segundo tarde, con penalti y amarilla sería suficiente", según Beckenbauer. La medida representa una auténtica bendición para los porteros, que sufren numerosas expulsiones a consecuencia de faltas en jugadas de uno contra uno que en un futuro próximo serán merecedoras únicamente de amarilla.
Atención, Mourinho y similares, la task force empezará a trabajar en el tema del comportamiento de los agentes implicados en el fútbol y presentará un paquete de propuestas normativas en este sentido en su próxima reunión. La conducta de jugadores, técnicos y asistentes "debe ser modélica para los aficionados y el público en general", explicó Franz Beckenbauer, que no dudó en calificar esta cuestión como "crucial".

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