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lunes, 30 de mayo de 2011

Quinto árbitro Kassai y Favale: dos historias, dos realidades

Kassai y Favale: dos historias, dos realidades

Por Ángel Sánchez
Para LA NACION

 
Kassai tuvo una buena tarea en Barcelona-Manchester. Foto  / Mauro AlfieriVer más fotos
Viktor Kassai entraba en Wembley para dirigir el partido más importante de su carrera, ante casi 90.000 espectadores y millones de televidentes en el mundo. Tenía a su lado a quien quizá con el tiempo sea considerado el mejor jugador de la historia; además, lo rodeaban otros futbolistas de gran jerarquía. Casi al mismo tiempo, Gabriel Favale ingresaba en el estadio de Floresta para dirigir un partido de tremenda importancia por la continuidad de ambos equipos en la primera división de nuestro fútbol, rodeado por voluntades que dejarían hasta la última gota de sudor para lograr el objetivo.
En Wembley primaron la estética, el talento y el respeto a la autoridad del árbitro. En Floresta, la fricción, la lucha y la queja constante ante cada decisión. Kassai pasó inadvertido. Nadie recordará si las manos fueron casuales o no, o si las posiciones adelantadas fueron cobradas, porque en su partido lo más importante fue el juego. En cambio, Favale soportará las quejas de unos y otros por las decisiones, y pasará seguramente a ser el causante de la derrota. Poco o nada se hablará del juego.
Realidades distintas. Una sana envidia recorre mi mente: que alguna vez el juego en nuestro fútbol pase a ser lo importante y los árbitros, más allá de las decisiones, pasemos inadvertidos.
Según su perfil de la FIFA, para Víctor Kassai el principal problema al que se debe enfrentar un árbitro es que los jugadores están dispuestos a "hacer cualquier cosa por ganar dejando de lado el juego limpio".
Collina, el padrinoEl ex referí Pierluigi Collina es el responsable de los árbitros de la uefa. nombró a kassai para la final y apoya el uso de la tecnología: "Las cosas no pueden seguir así", dijo a La Gazzetta.
LA TELARAÑA DE LA COMPENSACIÓNCuando un error arbitral modifica un resultado, pesa sobre los referís una gran responsabilidad. Igual sucede cuando el acierto se cristaliza con la victoria de un equipo: el árbitro, en cierta forma, se siente partícipe del logro. El asistente Zoratti tuvo suerte: le anuló mal un gol a Parra, pero igual Independiente ganó. Al revés para Rouco: le anuló mal un gol a Gutiérrez y Racing perdió. Situaciones así viví en mi carrera: jugadores, técnicos y público que ya estaban informados del error cometido, presionaban para una compensación. Un árbitro necesita toda su capacidad y experiencia para superar el momento, más allá de los rezos para que el error no incida en el resultado final.
SERGIO PEZZOTTA LOGRÓ SU OBJETIVOCuando Sergio Pezzotta entró en la cancha con un rostro distendido, se saludó afectuosamente con Almeyda y ante la primera falta tuvo una sonrisa cómplice con Bianchi Arce. Me di cuenta de que a este partido catalogado como de vida o muerte, futbolísticamente hablando, lo iba a dirigir como a mí me gusta. Cortando el juego en su justa medida; advirtiendo y amonestando cuando correspondía. Sancionó pocas faltas y, cuando el partido se lo permitió, agilizó el juego con alguna que otra ley de ventaja. Tenía una idea clara de cómo llevar a buen término los 90 minutos. Nadie recordará quién fue el árbitro de esta final por la Promoción. Sergio logró el objetivo.
14
  • off-sides se sancionaron en Estudiantes (11 en contra, todos correctos) vs. Independiente (3, uno mal, que era el gol de Parra).
16
  • partidos lleva dirigidos Patricio Loustau en el torneo, con 6 victorias locales, 3 empates y 7 triunfos visitantes.
Colón-ArgentinosJorge Baliño no midió con la misma dureza situaciones similares de juego brusco. Lo perdonó a Esteban Fuertes, que, estando amonestado, se la pasó protestándole.
Racing-BanfieldEl asistente Claudio Rouco acertó en la expulsión de Víctor López, pero le erró feo en la jugada que terminaba en gol de Teo Gutiérrez, que representaba el empate de Racing.
All Boys-QuilmesFavale le anuló un gol a Diego Torres por falta a Cambiasso en el área. La sanción fue correcta: el delantero de Quilmes nunca busca ir tras el balón ni lo mira; el arquero, sí.

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