Como pasa en cada campeonato de nuestro querido fútbol argentino los ojos del dirigente, del jugador y del técnico se posan, buscando responsables de sus errores, en los árbitros. En muchas oportunidades los reclamos se ajustan a situaciones de juego que no justifican ninguna explicación de parte de los jueces. Se equivocaron y punto. En otros casos, el desconocimiento de las reglas llevan a protestas lindantes con lo ridículo.
Desde pedir un fuera de juego en un lateral hasta quejarse por la convalidación del gol de Cvitanich a San Lorenzo de Almagro, el pasado domingo. Pero cuidado, que también los periodistas, desde su poco interés por leer el reglamento, generan malestar en quienes los están escuchando o viendo.
El Colegio y la Escuela de Arbitros, el Departamento de Formación Arbitral, el SADRA y la AA, tratan continuamente de maquillar una situación que salta a la vista de todos: la diferencia entre Héctor Baldassi y el resto. En los pasillos de la AFA es un secreto a voces que todos, absolutamente todos, quieren al cordobés cada vez que juegan sus equipos. Tendrán algun mal recuerdo por algún partido puntual, pero son concientes que el promedio lo deja parado como el mejor, lejos de sus colegas. Detrás suyo vienen Sergio Pezzotta, Pablo Lunati, Néstor Pitana, Saúl Laverni y Diego Abal, en ese orden.
Dolido por la no convocatoria para dirigir la reciente Copa América, anunció que a fin de año se retira del referato. Aquella operación de apendicitis, previo al Boca - River del polémico arbitraje de Patricio Loustau, sumado a sus rodillas maltrechas, llevaron a los responsables de las designaciones a no citarlo.
Alguien que ya peina canas, dijo en la calle Viamonte, "a Baldassi lo quiero siempre. Te da la tranquilidad que todos jugarán tranquilos. No sólo sabe la letra del reglamento, también conoce la música". A buen entendedor, "sabe jugar los partidos". Tarjetas en los momentos justos, charlas cuando el desarrollo del encuentro lo amerita y siempre arriba de la pelota.
Enterados de su decisión de colgar el silbato, rápidamente se comenzó a imaginar un nuevo escenario para Baldassi, a partir de 2012. Cuando dijo, "sé que voy a extrañar mucho todo esto, desde las expectativas por los partidos hasta los vestuarios y también las notas periodísticas. Lo que quiero es seguir ligado al arbitraje, porque no me veo en otra cosa, aunque en este caso me gustaría hacerlo desde la parte docente", el mensaje tuvo un destinario: Julio Grondona.
El presidente de la AFA, lo captó al toque. El ve en el hombre de Río Ceballos a la persona indicada para ser quien haga interpretar el reglamento. No sólo a los árbitros y jugadores, sino también al público en general, mediante charlas ilustrativas. Es lo que pretendió hacer con Horacio Elizondo, que a causa de su enfrentamiento público quedó en la nada.
No está la figura legal del cargo, ni siquiera se sabe bajo el ala de qué organismo se movería. Sí tiene bien en claro que, desde la experiencia y fundamentalmente desde el reconocimiento de todos, Héctor Baldassi es el indicado para hacer docencia arbitral, a partir del próximo año. Sólo falta oficializarlo.
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