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lunes, 13 de junio de 2011

Cosas que son una verdadera lástima

Por Carlos Beer
LA NACION

Es una verdadera lástima. En serio. Esa es la sensación que recorre el cuerpo. Ya no produce bronca o rabia, sino tristeza. Y hasta un desalentador acostumbramiento.
"Grondona realiza el 80% de las designaciones de los árbitros para cada fecha." La frase salió del seno del Colegio de Arbitros. Y luego fue ratificada por más de una fuente de fuerte presencia en el referato nacional.
Es una verdadera lástima que todos pidan reserva de su nombre y nadie se anime a decir esas palabras con nombre y apellido. Por temor. Por conveniencia. Por lo que cuernos sea. Sería bueno y saludable que alguien pusiera lo que hay que poner, la cara, y lo diga. Más: es absolutamente necesario.
Julio Grondona hace y deshace en el fútbol argentino. Y los dirigentes le rinden devoción. Peor: le rinden cuentas. Oscuras cuentas: suman deudas y multiplican pagarés ante una AFA que los ata de pies y de manos.
Es una verdadera lástima que el presidente del Colegio de Arbitros sea Grondona y que las críticas por estas horas caigan sobre Francisco Lamolina. Haga bien o mal su trabajo, Lamolina es un empleado de Grondona. Como lo era Jorge Romo, declarado amigo personal del presidente de la AFA. Como son amigos todos los socios del club del sijulismo con sede en Viamonte 1366.
Es una verdadera lástima detenerse a pensar fríamente en lo que implica que Grondona elija los árbitros de ocho de cada diez partidos de la fecha. ¿Qué sistema utilizará? ¿Analizará detenidamente el nivel de cada árbitro, sus cualidades y sus defectos? ¿Cuánto tiempo estudiará la designación de cada referí? ¿Habrá alguna influencia extra por pensar en el color de la camiseta, conveniencias o algún otro factor extra?
Algunas cosas que pasan en el fútbol argentino son una verdadera lástima. Dan lástima. Y lastiman.
cbeer@lanacion.com.ar

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