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martes, 21 de junio de 2011

Las apuestas y el futbol

VÍCTOR GONZÁLEZ AVELAR Martes, 21 de Junio de 2011
NADA MÁS eso nos faltaba: la corrupción dentro del deporte más querido en el mundo. Resulta que la imperial Federación Internacional de Futbol Asociación que maneja en todo el mundo el gigantesco negocio que es el futbol y mejor conocida como la FIFA, acaba de recibirle encantada y en charola de plata la renuncia al trinitario Jack Warner, con lo que automáticamente ya no será expuesto a la inquisidora mirada de su Comisión de Ética, por su supuesta implicación en actos de corrupción (¡aquí también!) durante las elecciones para el Mundial de Qatar 2022.
CON LA RENUNCIA del nativo de Trinidad Tobago y casi al mismo tiempo, se ha venido comentando en los medios futboleros, que se han podido detectar una serie de maniobras por parte de los grandes consorcios de apuestas a nivel mundial, que intentan participar más activamente en el deporte de las patadas y poder influir así en los resultados deportivos.
TAN ESTO puede ser cierto, que en los medios el día de ayer se mencionaron los nombres de algunos árbitros cuya conducta en la cancha ha resultado sumamente extraña y peculiar, muy especialmente cuando marcan o dejan de marcar la pena máxima: el penalti.
ESTE ASUNTO, por sus implicaciones mundiales, resulta más grave de lo que en un principio se pudiera pensar, toda vez que una corrupción dentro del futbol para tener resultados a modo y gusto, dentro del deporte número uno de este planeta, lo afectaría de muerte y sin una posible recuperación al corto plazo.
EN LA LIMPIEZA y honorabilidad de los juegos y de sus resultados se cimenta uno de los negocios más grandes del planeta y uno de los mejor organizados. De ahí la gran preocupación de la FIFA de que se puedan llegar a infiltrar los inmensos y poderosos consorcios de las apuestas que maneja el crimen organizado en los cinco continentes.
DE SER ASÍ, lo más seguro es que desaparecería como espectáculo y como negocio, y esto traería como consecuencias, entre otras muchas, un cambio radical en la conducta y vida de los hombres: ¿Y ahora qué van a hacer las esposas con su marido en la casa, apoltronado en un sillón frente a un televisor apagado? Terrible, en verdad terrible.
 

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